Cuento de Navidad

Había una vez una mamá que se sentía culpable por «mentir» a sus hijos contándoles acerca de la existencia de el Sr de Rojo o los otros tres a los que jamás les perdonaremos cómo se vistieron en 2016… 

Mil vueltas le estuve dando al tema, mil millones para ser más concretos. Mis amigos ya me tachaban por loca por obsesionarme por algo tan «nimio»… pero para mí no lo era, sentía que les estaba mintiendo, y luego con qué valor les podía pedir que no me mintieran ellos el día de mañana. 


Pero, la magia

No podemos olvidarnos de la magia de la Navidad, la ilusión de los pequeños cuando dejan las galletas y la leche, la emoción al ver que hay regalos bajo el árbol y los renos se han bebido el agua. 

Tras muchas conversaciones, la mayoría presionando para que entrara en el redil, opté por lo siguiente:

No voy a venderles la idea de que vienen unos seres mágicos a casa, pero tampoco les echaré un cubo de agua helada encima.

¿Y esto cómo es? 

Pues amiguitos, esto es la famosa tercera vía. Como con cualquier juego de imaginación de los peques, ya sea jugar a princesas o beber el té invisible de las tacitas entraré a jugar con ellos a tope… participando de la magia todo lo que ellos quieran, pero sin fomentarla y sin usar la Navidad como excusa para modificar su comportamiento. 


Pero… ¿qué pasa cuando pregunten?

Evidentemente este momento llegará, y viendo lo rápido que pasa el tiempo, siempre llegará antes de lo que habíamos pensado. 

Pues, cuando llegue, les diremos: «Estábamos jugando a la Navidad. Como cuando jugamos con nuestra imaginación y nos inventamos cuentos. A todos nos encanta jugar a imaginar que el Sr de Rojo existe y nos lo hemos pasado genial dejando zanahorias para los renos. ¿Queréis seguir jugando a la Navidad? Aunque queráis dejar de jugar, seguiréis teniendo regalos, pero serán de mama y papa, de los abuelos y de los tíos. ¡Porque dejar de jugar a la Navidad no significa que dejemos de tener regalitos especiales!»

¿Vosotros cómo lo veis?

¿Me echas una foto, mami?

Hace unos días un amigo me comentaba que le sorprendía que siempre pixelara u ocultara las caras de mis hijos, alegando que era un poco paranoica. 

Dejando de lado que lo soy, que tengo un punto de loca que no me quita nadie y que me da miedo que se sepa más de mi vida y de la de mis hijos de lo necesario, está el asunto de su identidad personal… de la que, por cierto, solo tengo la custodia y no la propiedad.

Y es que me pongo en su situación, si lo pensáis bien es un mundo nuevo, un terreno sin explorar mucho y que no sabemos cómo va a evolucionar. Nuestros padres nos hacían fotos con cámaras de 35mm que revelaban y metían en álbumes familiares con los que nos torturaban cuando éramos adolescentes y nuestros amigos venían a merendar a casa… pero hoy la tecnología ha dado un par de saltos cuánticos y tenemos cámaras de chorromil megapixeles en el teléfono (o apéndice de la mano). 

No solo eso, las redes sociales antiguas (meriendas con amigos, comidas familiares y demás) han tomado un cariz universal e internacional. Ahora compartimos al instante en Facebook, Instagram, Snapchapt y YouTube. En un momento, miles de personas pueden acceder potencialmente a sus imágenes.

No os revelo nada nuevo, lo sé.
Seguro que os cuidáis de no compartir imágenes poco decorosas y que la mayoría tenéis cuidado de que no se pueda adivinar dónde vivís o a qué cole van vuestros pequeños… pero… ¿qué ocurre cuando tengan 15 años y ellos y sus amigos tengan su propia cuenta de Facebook? De repente se ven que tienen ya una historia en internet que no han controlado, una historia en la que se han publicado sus luces y sus sombras, en los que se ha contado quizá más de lo que ellos quisieran. Y una vez ahí, para siempre se queda.

Mientras países como Francia legislan en contra de esto, otros no… pero siempre quedará a nuestra discreción, como padres, la conservación de su identidad, de su personalidad. Porque igual dentro de 12 años no quieren que haya una foto de ellos usando el orinal con 2 añitos. ¿Acaso te gustaría a ti? 

Por cierto, ¡la de las fotos soy yo, que puedo decidir cómo, cuándo y qué comparto! 💗

¿A quién le toca?

Algunos de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia tienen como telón de fondo un juego de mesa… así que no es de extrañar que me estuviera muriendo de ganas por introducir este tipo de juego a los peques.

A tan solo un mes y pico del cuarto cumple de los Mellis, y en vista de que se habían portado fenomenal con las vacunas de la gripe, decidí ir a una juguetería local a buscar un juego de mesa. ¡Madre mía! ¡Menuda selección! Resulta que hay muchísimas opciones para pequeñines…

La mayoría de los juegos de mesa para pequeñitos están llenos de colorines e imágenes divertidas, encontramos desde memos a dominós de animales, un bingo de imágenes y palabras (además estaba en inglés y castellano, ¡bingo!) y juegos colaborativos y competitivos.

Después de más de media hora mirando los juegos colaborativos, en los que todos los jugadores juegan en equipo y llegan todos juntos a la meta, y los juegos competitivos, me decanté por uno de los segundos porque me parecía más sencillo como primer juego.

Y es que los juegos de mesa tienen muchos beneficios:

  • Tiempo en familia. Muchas veces tenemos que buscar formas en las que involucrar a toda la familia y los juegos de mesa son una excusa ideal para reunirnos todos alrededor de una mesa.
  • Tiempo de calidad. Muchas veces pasamos tiempo con nuestros peques, pero, ¿es tiempo de calidad?
  • Mejora la comunicación. Dependiendo del tipo de juego la comunicación es más o menos esencial, pero siempre forma parte del rato en familia.
  • Ayuda a la comprensión de instrucciones y el seguimiento de normas básicas, como a esperar su turno y seguir la dinámica del juego.
  • Concentración. Ayuda a los pequeños a desarrollar las habilidades necesarias para concentrarse y estar tranquilos durante el juego. Habilidades que le serán de utilidad cuando vayan madurando.

Pues nada, ¡ahí tenéis una idea para  Navidad! Que el invierno es muy largo y las noches tardes son eternas y si hace mal tiempo peor… 




¡¡¡A JUGAR!!!

La nueva sala de cine Junior – una voz discordante

Esta semana el mundo materno-blogueril se ha llenado de post alabando la creación de una sala de cine adaptada para el público infantil con una gran estructura con un tobogán e instalaciones para jugar.


¡Qué pedazo de idea! 

Pues sí y no.

 

Por un lado los pros:

 

  • La sala es preciosa y esta súper nueva.
  • Las instalaciones son maravillosas. Tanto los asientos como el tobogán están muy bien
  • Hay monitores para ayudar a los más pequeños en el tobogán, lo cual resulta útil cuando un niño se atasca (en serio, pasó hoy)

 

Pero… Esto estaría genial si estuviera acompañado de una programación APTA para los más pequeños del hogar.

 
Menuda sorpresa me llevé al ver algunos de los trailers que pusieron antes de la película, que además de durar unos 20 minutos entre trailers y anuncios, no eran aptos para todos los públicos.

 
Me pareció tan mal que me puse en contacto con la empresa para trasladarles mi descontento con los trailers. ¿Su respuesta? «Te comentamos que los trailers que mencionas corresponden a películas de clasificación A (aptas para todo público) con ausencia de violencia y de contenido inapropiado.»

 



Toma. Ya.

 
Ahora resulta que Cazafantasmas y el Gigante de Spielberg son aptas para los más pequeños. Solo que las calificaciones por edades de las películas son +13 y PG (equivalente a +7), respectivamente, según IMDB.

 
Y luego añaden que la «sobrestimulación es normal en niños que van poco al cine«. Vamos a ver señores, no hablo de sobrestimulación, habló de contenidos apropiados o no. De cosas que pueden causar pesadillas como gigantes que secuestran niños de sus camas o fantasmas verdes que pillan las Cazafantasmas…

 
Además me mienten diciendo «De igual manera te recordamos que el tiempo de proyección de publicidad y trailers antes de la película, es con la finalidad principal de que los niños disfruten de los ju(e)gos que hay dentro de la sala Junior.» Falso. Los trailers EMPIEZAN DESPUÉS de que cierran el tobogán. Lo cual quiere decir que los niños llevan unos 20 minutos sentados en su sitio para cuando empieza «Buscando a Dory».

 
El intermedio es otra cosa que muchas mamis blogueras alaban. Es probable que sea maravilloso para niños algo más mayores, pero mis Mellis no han entendido que la película no había acabado sino que estaba a mitad… Por lo que les ha costado enganchar con la segunda parte. Entiendo que esto no es algo extensible a todos los niños, como tampoco lo es que sea algo tan maravilloso. Cada uno conoce a los suyos y podrá saber o intuir si a sus hijos les irá bien esos cambios de actividad o no.

 
Por último, otra cosa a mejorar sería el poder acceder a la estructura de juegos durante otro ratito al término de la película.

 

En resumen, como todo en esta vida, hay luces y sombras. Si os pica mucho la curiosidad id, desde luego que como experiencia es interesante!

¿Ha terminado ya la semana?

12 semanas. 12 semanas. 12 semanas tienen de vacaciones los niños de Madrid. ¿A quién se le ocurrió que sería buena idea que los niños tuvieran tres meses de vacaciones seguidas? 
Cierto es que están súper cansados para fin de curso, pero igual va siendo hora de darle la vuelta entera al sistema y hacer lo que hacen en el resto de Europa. Igual va siendo hora de modernizarnos y entender que los niños necesitan más descansos, no más tiempo de descanso, sino más descansos… Más repartidos a lo largo del año.

Y eso es lo que han pensado en la Comunidad de Cantabria. Aunque la ejecución tiene de uñas a AMPAs, colegios y básicamente a todos salvo los profesores, la iniciativa en sí es buena. Los niños descansarán una semana por cada dos meses de cole y tendrán acceso a actividades lúdicas si sus padres así lo deciden! 
Yo estaría encantada de ver a otras comunidades, especialmente la mía, siguiendo su ejemplo! Porque sobrevivir a estas 12 semanas me va a matar! 

Juguetes de madera.

Con el auge de esta nueva conciencia que tenemos muchos padres por la educación respetuosa también ha venido el boom de los juguetes de madera que son más respetuosos con su aprendizaje y con el medio ambiente… Y hasta ahí bien. 

Pero, llegado el momento de lavarlos ¿cómo lo hacemos? Los de plástico son evidentes, algunos pueden ir al lavavajillas, otros los lavamos con un spray desinfectante o similar y listo. 

Pero los de madera tienen son más delicados, más aún si se trata de las bellezas de madera sin barnizar y con color que invaden las imaginaciones y los juegos de nuestros niños. 

Aquí os cuento dos formas de higienizar los juguetes de madera cuando pasarles el polvo no es suficiente:
1- Con lejía. Diluye 1 parte de lejía por 10 de agua, mézclalo en un pulverizador y enjuaga muy muy bien. La verdad es que este sistema lo deja todo muy limpio, pero no me gusta nada de nada de nada. Admito que odio la lejía y me declaro paranoica total a la hora de enjuagar los juguetes. Por lo que yo no lo usaría.

2- Con vinagre de limpieza. Usa la misma disolución 1/10 y pulveriza por toda la pieza. Deja secar y ya están listos para jugar los juguetes. El vinagre deja de oler al evaporarse y airearse la pieza, además el vinagre deja un brillo precioso en la madera!! Vamos que sales ganando por todos lados.

¿Qué NO debes hacer?


NUNCA sumerjas la madera.
Se puede hinchar y deformar, y esto es lo último que queremos cuando hemos invertido en unos preciosos juguetes de madera.

NO frotes!
Si no te quieres llevar esos preciosos tintes de soja o similares, no frotes las piezas.

NO los seques al sol!!!
El sol puede cuartear las piezas además de fastidiar el color. 

No los laves con demasiada frecuencia.
Yo les paso el polvo con un paño de microfibra súper suave y sin frotar,  y me reservo lavarlos a saco para cuando pasa por aquí la gastroenteritis fuerte… 

Siempre prueba en una zona poco visible! 

Aquí os dejo unas fotos de la prueba que hice sobre nuestros bloques de colores de Grimms (el mismo material y el mismo acabado que el famoso arco iris Waldorf).

bloque Grimms antes
Vinagre de limpieza, un spray reutilizado y el bloque
y despues!!! perfecto!
 

Y si queréis haceros con algún juguete nuevo y precioso os recomiendo visitar la tienda de mi amiga Laura, tiene unos juguetes maravillosos elegidos con mucho mimo! 

La Leche Challenge – Acción Contra el Hambre

Hola a todos!!!

Me he unido a un reto precioso que han lanzado Acción Contra el Hambre y Madresfera para medidas de fomento y promoción de la lactancia materna en la región del Sahel, donde llevan mucho tiempo sufriendo una sequía espantosa.

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Puedes colaborar de muchas formas:

1.- Donando! Cualquier donativo, por pequeño que sea hace mucho!

 

2.- Uniéndote a mi equipo con tu Blog. Si eres otra bloguera / vlog-era / ingragram-era únete a mi equipo y publica que colaboras con mi iniciativa.

 

3.- COMPARTE! Comparte con todos tus contactos, cuántos más mejor!

 

Gracias!!!

Mi lista de regalos para bebés

Llevo tiempo dándole vueltas a hacer una lista de regalos para bebés que no sean los típicos y que tengan un poco de gracia y que cuesten menos de 20€.

1- Una mantita de apego.

Mis tres peques han tenido cada uno su propia mantita, mi preferida es la de Miss A. Hecha a mano con mucho amor por una señora que lo vende en Etsy.

2- Un pack de 2 muselinas o una cajita de Baby Moments Cards de MiMuselina. 

Nunca se tienen suficientes muselinas. Yo las he usado para arrullar a los niños, taparles en verano, resguardarles del sol en el carrito… Por otro lado las tarjetas estas son divinas, impresas en una calidad excelente y diseñadas y fabricadas íntegramente en España. Son el regalo ideal para una nueva mamá, así podrá marcar cada hito del bebé!

3– Juguete musical Sophie la Girafe.


Como todas las cosas de Sophie la Girafe, es una preciosidad. Colores delicados, texturas agradables y unos acabados preciosos. Y lo que es mejor, la melodía es bonita. Mira que es raro que los juguetes con música sean agradables, esta lo es. Al tirar del pajarito suena una nana dulce y suave.

4- Un móvil.

Todos los bebes quieren lo que no pueden tener!!! Viven obsesionados con robarnos el teléfono y obviamente va a la boca.


Este móvil de PlanToys es I-DE-AL. Hecho con materiales sostenibles con tintes naturales, es un juguete perfecto para un bebé que se lleva todo a la boca.

5- El laberinto Mula de IKEA.


Este juguete jamás pasa de moda, estimula la motricidad fina y la coordinación de los peques… En serio, no sé qué tiene, pero los Mellis siguen jugando con él a sus 3 años.

6- Bola de Estrellas de Hevea.

Todo lo de Hevea me chifla. Hecho en caucho 100% natural, sin ftalatos, BPA, PVC ni nada… Vamos solo es caucho. Es blandita y rebota mucho, lo que la hace muy divertida para los más pequeños y no corren riesgo de hacerse daño.

7- Un sonajero.

Hay miles de modelos, pero tengo debilidad por los que son de madera y que los niños disfrutan manipulando, este de Grimms es nuestro favorito.
Según lo manipula el bebé va cambiando de forma. La textura de la madera es increíble y los colores son vivos. Al estar hecho con tintes naturales hace los dobles de mordedor. Es de nuestros juguetes preferidos.

8- Sophie la Girafe.

Este mordedor es ya una auténtica institución. Es amorosa a más no poder, y dependiendo de la zona que muerda el bebé es más o menos firme y les alivia una zona u otra de la boca. La descubrí tarde para mis Mellis pero Miss A está obsesionada con su jirafita.

Estoy en proceso de ver cómo hago un “arnés” para la jirafita porque viene con nosotros a todas partes, por lo que es cuestión de tiempo que la perdamos… Y eso sería un desastre. Así que, estad atentos a los DIY!

9- Sonajeros de pies y manos de Lamaze.

Son súper graciosos y estimulan a los pequeños con sus ruiditos primero y luego ayudan a la coordinación, estimulando a los bebes a agarrarse los pies, mover los bracitos. Los colores son muy vivos, y como todo lo de Lamaze tiene distintos tejidos y texturas.

10- Vasitos apilables/ encajables.

Los nuestros son de IKEA, los cubitos nos han dado horas de diversión, pero he visto en el catálogo online que ya no los tienen. Pero he encontrado estos preciosos de Green Toys, que es una marca que me chifla porque sus juguetes están hechos de plástico reciclado y tintes naturales.

Sea lo que sea que le compres a tu bebé, o al bebé de otro como regalito, te recomiendo evitar los juguetes electrónicos… Estos juguetes realmente no estimulan al bebé como dicen sino que juegan solos, hace ruido, necesitan pilas… Busca mejor juguetes de materiales naturales, distintas texturas y colores vivos.

Lottie me tiene enamorada

Bueno bueno bueno, esta muñeca me ha conquistado el corazón…

Para los que aún no la conocéis se trata de una muñeca preciosa que bien podría sustituir a la famosa cincuentona rubia en nuestras compras futuras. Seguro que os estáis preguntando qué tiene de especial, y es que Lottie es una niña. Eso es. No es una mujer de curvas imposibles sobre unos tacones de 20cm, sino una niña que sueña con saltar en charcos, convertirse en pirata o ser astronauta, es decir, como hemos sido (casi) todas cuando éramos pequeñas.

Como dice su lema «Sé audaz, sé valiente, sé tú misma», y eso es lo que pretenden sus creadores. Quieren que esta muñeca no sea un ideal de belleza inalcanzable sino que abra las puertas hacia los sueños inocentes de una niña.

Si queréis leer más sobre Lottie y ver todos los premios con los que se ha alzado os invito a visitar su página.

Y como quiero que tengáis una, pues he hablado con mi amiga Laura de El Globo Amarillo que me ha dado una para que la sortee!!! Ahora solo tenéis que ir a mi Instagram y seguir todos los pasitos para entrar en el sorteo que haremos el día 8 de mayo de 2016.

La tele: ¿Amigo? ¿Enemigo? ¿Frenemy?

Sé que estoy metiéndome en camisa de once (mil) varas, pero… con cada artículo que hace las rondas por las redes sociales en contra de la tele, siento que me clavan un clavo más en mi ataúd de Mala Madre. Los artículos que he visto rondando por ahí poco más que nos dicen que estamos destrozando el intelecto de nuestros hijos por permitirnos esos momentos de paz y darles el capricho de ver un ratito de la Patrulla Can(s)ina.

Y es que os debo una confesión: dejo a mis hijos ver la tele.

 

Voy a dejaros unos segundos para que proceséis tal revelación.

 

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Europos Parkas, by ohnedich

 

La tele: ¿Amigo o enemigo? ¿Frenemy?

El otro día hablaba con una mami-miga y me decía que ella aún no había sucumbido a la televisión, como si estuviera hablando del mayor de los enemigos de la infancia… Yo le miré pensando “pobre-ilusa-madre-de-uno-solo”, y es que la vida y la maternidad está llena de ideas preconcebidas de artículos de mil y una revistas de bebés y de principios bonitos que luego incumpliremos (de esto me explayaré en otro post, algún día).

Bajo mi punto de vista, la tele es una herramienta más de la vida y, como tal, no veo el motivo a prohibirla y eliminarla completamente de la vida de nuestros hijos.  Como herramienta, es ese maravilloso aparato que nos compra ese ratito de paz que necesitamos para poder pensar con claridad, hacer la cena o tomarnos un café (¡y que esté caliente y todo!).

Consulté a una amiga psicóloga acerca del tema y me comenta: “Como otra ventaja, si exponemos a nuestros hijos a la televisión en Versión Original, estimularemos su centro del lenguaje y se podría potenciar la adquisición de un segundo idioma.”

Siguiendo con su puntualización acerca de las ventajas educativas, creo que la televisión puede servirnos para reforzar contenidos que queremos transmitirles o para explicarles cosas de una forma visual… Por ejemplo, mis hijos tuvieron que hacer un proyecto sobre un animal marino y nos tocó el pulpo. Además de buscarlo en un libro, en internet y pintarlos y construir uno de goma Eva, buscamos pulpos en YouTube y nos aprendimos dos canciones sobre los pulpos.

El problema podría llegar si aparcásemos a los niños delante de la televisión durante 6 horas al día, y aún así, me entran dudas porque creo firmemente que los niños buscarían cosas que les entretuvieran. Me explico, creo que la creatividad y el juego son características inherentes de los niños, por lo que, aunque les plantásemos delante de la tele todo el día, creo que al final llegarían a desarrollar su potencial creativo…. Pero bueno, no defiendo ese abuso, ni mucho menos, pero sí defiendo que dejemos de sentirnos culpables por usar la tele un ratito, nuestros hijos no se van a volver ni tontos, ni vagos, sino que se desarrollarán bien y serán felices.

 

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Retro Gaming TV sets, by Dennis van Zuijlekom