Hace unos días un amigo me comentaba que le sorprendía que siempre pixelara u ocultara las caras de mis hijos, alegando que era un poco paranoica.
Dejando de lado que lo soy, que tengo un punto de loca que no me quita nadie y que me da miedo que se sepa más de mi vida y de la de mis hijos de lo necesario, está el asunto de su identidad personal… de la que, por cierto, solo tengo la custodia y no la propiedad.
Y es que me pongo en su situación, si lo pensáis bien es un mundo nuevo, un terreno sin explorar mucho y que no sabemos cómo va a evolucionar. Nuestros padres nos hacían fotos con cámaras de 35mm que revelaban y metían en álbumes familiares con los que nos torturaban cuando éramos adolescentes y nuestros amigos venían a merendar a casa… pero hoy la tecnología ha dado un par de saltos cuánticos y tenemos cámaras de chorromil megapixeles en el teléfono (o apéndice de la mano).
No solo eso, las redes sociales antiguas (meriendas con amigos, comidas familiares y demás) han tomado un cariz universal e internacional. Ahora compartimos al instante en Facebook, Instagram, Snapchapt y YouTube. En un momento, miles de personas pueden acceder potencialmente a sus imágenes.
No os revelo nada nuevo, lo sé.
Seguro que os cuidáis de no compartir imágenes poco decorosas y que la mayoría tenéis cuidado de que no se pueda adivinar dónde vivís o a qué cole van vuestros pequeños… pero… ¿qué ocurre cuando tengan 15 años y ellos y sus amigos tengan su propia cuenta de Facebook? De repente se ven que tienen ya una historia en internet que no han controlado, una historia en la que se han publicado sus luces y sus sombras, en los que se ha contado quizá más de lo que ellos quisieran. Y una vez ahí, para siempre se queda.
Mientras países como Francia legislan en contra de esto, otros no… pero siempre quedará a nuestra discreción, como padres, la conservación de su identidad, de su personalidad. Porque igual dentro de 12 años no quieren que haya una foto de ellos usando el orinal con 2 añitos. ¿Acaso te gustaría a ti?
Por cierto, ¡la de las fotos soy yo, que puedo decidir cómo, cuándo y qué comparto! 💗