Vais a discutir… hacedlo bien

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¡¡Yo tengo razón!!

La frase del título es de mi querida Cristina de Arespacochaga, super psicóloga especialista en neuropsicología infantil, mamá y amiga, y me llegó a lo más profundo.

Estábamos hablando de que había discutido con mi marido delante de los niños y que me sentía culpable por hacerlo. Y me lo dijo, tal cual, sin edulcorantes… “Sí, vas a discutir delante de ellos. Es inevitable. Pero, como lo vas a hacer, hazlo bien”.

Y claro… la culpa y la autocrítica autofustigación te viene de serie con el carnet de madre… y yo me sentía como me sentía. ¡Qué liberación!

Definamos hacerlo bien

Resulta que solemos escudar a los niños de lo “feo” de la vida, les protegemos tanto que erramos al ocultarles que la vida también tiene conflictos y les dejamos sin ver y aprender cómo se resuelven los conflictos ¡CON AMOR! Sin faltas de respeto, buscando soluciones, pidiendo PERDÓN si fallamos, en definitiva, siendo adultos razonables y maduros.

Ellos observan todo lo que hacemos… somos sus modelos a seguir, pero también somos humanos. Mostrémosles cómo gestionamos nuestras frustraciones y enfados de una forma positiva que les pueda ayudar el día de mañana cuando tengan que enfrentarse a un conflicto con un compañero de la escuela, alguien en el trabajo, su pareja… ¡¡convierte estas discusiones en momentos de aprendizaje!!

Y tú, ¿has discutido delante de tus hijos? ¿Cómo te sentiste? Cuéntame

¡Os animo a seguir a Cristina en Instagram y a descubrir más acerca de su visión única de la maternidad y la psicología!

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Así no.

«Mamá, ¿esto es de niños o de niñas?»

¡¡¡Bufff!!! Aburridita me tienen con el temita… la verdad es que pensábamos que nos libraríamos de este tema al tener mellizos niño y niña que han compartido de todo desde su más tierna infancia, desde la cuna a la habitación, pasando por los juguetes.

¡Pero no! Hace unas semanas Mr A le dijo a su melliza que no podía pintar con el color azul, porque es de chicos. ¿Colores de chicos o de chicas? Y de los colores pasamos a los juguetes… 

Si bien es cierto que han tenido acceso libre a todos los juguetes, hemos ido observando que los Mellis han ido tendiendo hacia los juguetes «tradicionales» de su género, un hecho que nos ha resultado cuánto menos curioso, aunque hasta ahora no habían manifestado su preferencia por temas de género con palabras.

Sin embargo, ahora que llegan las navidades y vienen cargadas de multitud de juguetes para todos me sorprende ver como nos bombardean con una representación exagerada hasta el infinito de los roles tradicionales de género en los juguetes para los pequeños… Si es un Nenuco es para niñas así que ponemos fondo rosa y caja rosa y todo rosa porque rosa y más azúcar…. en cambio, para los chicos, tenemos juguetes más bien violentos promocionados con imágenes impactantes sobre fondos azul oscuro o negro. Dando a entender que cada juguete y cada color corresponde a un género específico.

Y en esos momentos me encuentro preguntándome por qué… ¿por qué estamos tan empeñados en ponerle etiquetas a algo tan sencillo y tan inocente como un juguete? 

Mientras meditáis acerca de esta pregunta os dejo un pictograma de la diseñadora Kristen Myers:

Y yo, mientras tanto, seguiré jugando…

Cuento de Navidad

Había una vez una mamá que se sentía culpable por «mentir» a sus hijos contándoles acerca de la existencia de el Sr de Rojo o los otros tres a los que jamás les perdonaremos cómo se vistieron en 2016… 

Mil vueltas le estuve dando al tema, mil millones para ser más concretos. Mis amigos ya me tachaban por loca por obsesionarme por algo tan «nimio»… pero para mí no lo era, sentía que les estaba mintiendo, y luego con qué valor les podía pedir que no me mintieran ellos el día de mañana. 


Pero, la magia

No podemos olvidarnos de la magia de la Navidad, la ilusión de los pequeños cuando dejan las galletas y la leche, la emoción al ver que hay regalos bajo el árbol y los renos se han bebido el agua. 

Tras muchas conversaciones, la mayoría presionando para que entrara en el redil, opté por lo siguiente:

No voy a venderles la idea de que vienen unos seres mágicos a casa, pero tampoco les echaré un cubo de agua helada encima.

¿Y esto cómo es? 

Pues amiguitos, esto es la famosa tercera vía. Como con cualquier juego de imaginación de los peques, ya sea jugar a princesas o beber el té invisible de las tacitas entraré a jugar con ellos a tope… participando de la magia todo lo que ellos quieran, pero sin fomentarla y sin usar la Navidad como excusa para modificar su comportamiento. 


Pero… ¿qué pasa cuando pregunten?

Evidentemente este momento llegará, y viendo lo rápido que pasa el tiempo, siempre llegará antes de lo que habíamos pensado. 

Pues, cuando llegue, les diremos: «Estábamos jugando a la Navidad. Como cuando jugamos con nuestra imaginación y nos inventamos cuentos. A todos nos encanta jugar a imaginar que el Sr de Rojo existe y nos lo hemos pasado genial dejando zanahorias para los renos. ¿Queréis seguir jugando a la Navidad? Aunque queráis dejar de jugar, seguiréis teniendo regalos, pero serán de mama y papa, de los abuelos y de los tíos. ¡Porque dejar de jugar a la Navidad no significa que dejemos de tener regalitos especiales!»

¿Vosotros cómo lo veis?

La nueva sala de cine Junior – una voz discordante

Esta semana el mundo materno-blogueril se ha llenado de post alabando la creación de una sala de cine adaptada para el público infantil con una gran estructura con un tobogán e instalaciones para jugar.


¡Qué pedazo de idea! 

Pues sí y no.

 

Por un lado los pros:

 

  • La sala es preciosa y esta súper nueva.
  • Las instalaciones son maravillosas. Tanto los asientos como el tobogán están muy bien
  • Hay monitores para ayudar a los más pequeños en el tobogán, lo cual resulta útil cuando un niño se atasca (en serio, pasó hoy)

 

Pero… Esto estaría genial si estuviera acompañado de una programación APTA para los más pequeños del hogar.

 
Menuda sorpresa me llevé al ver algunos de los trailers que pusieron antes de la película, que además de durar unos 20 minutos entre trailers y anuncios, no eran aptos para todos los públicos.

 
Me pareció tan mal que me puse en contacto con la empresa para trasladarles mi descontento con los trailers. ¿Su respuesta? «Te comentamos que los trailers que mencionas corresponden a películas de clasificación A (aptas para todo público) con ausencia de violencia y de contenido inapropiado.»

 



Toma. Ya.

 
Ahora resulta que Cazafantasmas y el Gigante de Spielberg son aptas para los más pequeños. Solo que las calificaciones por edades de las películas son +13 y PG (equivalente a +7), respectivamente, según IMDB.

 
Y luego añaden que la «sobrestimulación es normal en niños que van poco al cine«. Vamos a ver señores, no hablo de sobrestimulación, habló de contenidos apropiados o no. De cosas que pueden causar pesadillas como gigantes que secuestran niños de sus camas o fantasmas verdes que pillan las Cazafantasmas…

 
Además me mienten diciendo «De igual manera te recordamos que el tiempo de proyección de publicidad y trailers antes de la película, es con la finalidad principal de que los niños disfruten de los ju(e)gos que hay dentro de la sala Junior.» Falso. Los trailers EMPIEZAN DESPUÉS de que cierran el tobogán. Lo cual quiere decir que los niños llevan unos 20 minutos sentados en su sitio para cuando empieza «Buscando a Dory».

 
El intermedio es otra cosa que muchas mamis blogueras alaban. Es probable que sea maravilloso para niños algo más mayores, pero mis Mellis no han entendido que la película no había acabado sino que estaba a mitad… Por lo que les ha costado enganchar con la segunda parte. Entiendo que esto no es algo extensible a todos los niños, como tampoco lo es que sea algo tan maravilloso. Cada uno conoce a los suyos y podrá saber o intuir si a sus hijos les irá bien esos cambios de actividad o no.

 
Por último, otra cosa a mejorar sería el poder acceder a la estructura de juegos durante otro ratito al término de la película.

 

En resumen, como todo en esta vida, hay luces y sombras. Si os pica mucho la curiosidad id, desde luego que como experiencia es interesante!

Juguetes de madera.

Con el auge de esta nueva conciencia que tenemos muchos padres por la educación respetuosa también ha venido el boom de los juguetes de madera que son más respetuosos con su aprendizaje y con el medio ambiente… Y hasta ahí bien. 

Pero, llegado el momento de lavarlos ¿cómo lo hacemos? Los de plástico son evidentes, algunos pueden ir al lavavajillas, otros los lavamos con un spray desinfectante o similar y listo. 

Pero los de madera tienen son más delicados, más aún si se trata de las bellezas de madera sin barnizar y con color que invaden las imaginaciones y los juegos de nuestros niños. 

Aquí os cuento dos formas de higienizar los juguetes de madera cuando pasarles el polvo no es suficiente:
1- Con lejía. Diluye 1 parte de lejía por 10 de agua, mézclalo en un pulverizador y enjuaga muy muy bien. La verdad es que este sistema lo deja todo muy limpio, pero no me gusta nada de nada de nada. Admito que odio la lejía y me declaro paranoica total a la hora de enjuagar los juguetes. Por lo que yo no lo usaría.

2- Con vinagre de limpieza. Usa la misma disolución 1/10 y pulveriza por toda la pieza. Deja secar y ya están listos para jugar los juguetes. El vinagre deja de oler al evaporarse y airearse la pieza, además el vinagre deja un brillo precioso en la madera!! Vamos que sales ganando por todos lados.

¿Qué NO debes hacer?


NUNCA sumerjas la madera.
Se puede hinchar y deformar, y esto es lo último que queremos cuando hemos invertido en unos preciosos juguetes de madera.

NO frotes!
Si no te quieres llevar esos preciosos tintes de soja o similares, no frotes las piezas.

NO los seques al sol!!!
El sol puede cuartear las piezas además de fastidiar el color. 

No los laves con demasiada frecuencia.
Yo les paso el polvo con un paño de microfibra súper suave y sin frotar,  y me reservo lavarlos a saco para cuando pasa por aquí la gastroenteritis fuerte… 

Siempre prueba en una zona poco visible! 

Aquí os dejo unas fotos de la prueba que hice sobre nuestros bloques de colores de Grimms (el mismo material y el mismo acabado que el famoso arco iris Waldorf).

bloque Grimms antes
Vinagre de limpieza, un spray reutilizado y el bloque
y despues!!! perfecto!
 

Y si queréis haceros con algún juguete nuevo y precioso os recomiendo visitar la tienda de mi amiga Laura, tiene unos juguetes maravillosos elegidos con mucho mimo! 

La tele: ¿Amigo? ¿Enemigo? ¿Frenemy?

Sé que estoy metiéndome en camisa de once (mil) varas, pero… con cada artículo que hace las rondas por las redes sociales en contra de la tele, siento que me clavan un clavo más en mi ataúd de Mala Madre. Los artículos que he visto rondando por ahí poco más que nos dicen que estamos destrozando el intelecto de nuestros hijos por permitirnos esos momentos de paz y darles el capricho de ver un ratito de la Patrulla Can(s)ina.

Y es que os debo una confesión: dejo a mis hijos ver la tele.

 

Voy a dejaros unos segundos para que proceséis tal revelación.

 

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Europos Parkas, by ohnedich

 

La tele: ¿Amigo o enemigo? ¿Frenemy?

El otro día hablaba con una mami-miga y me decía que ella aún no había sucumbido a la televisión, como si estuviera hablando del mayor de los enemigos de la infancia… Yo le miré pensando “pobre-ilusa-madre-de-uno-solo”, y es que la vida y la maternidad está llena de ideas preconcebidas de artículos de mil y una revistas de bebés y de principios bonitos que luego incumpliremos (de esto me explayaré en otro post, algún día).

Bajo mi punto de vista, la tele es una herramienta más de la vida y, como tal, no veo el motivo a prohibirla y eliminarla completamente de la vida de nuestros hijos.  Como herramienta, es ese maravilloso aparato que nos compra ese ratito de paz que necesitamos para poder pensar con claridad, hacer la cena o tomarnos un café (¡y que esté caliente y todo!).

Consulté a una amiga psicóloga acerca del tema y me comenta: “Como otra ventaja, si exponemos a nuestros hijos a la televisión en Versión Original, estimularemos su centro del lenguaje y se podría potenciar la adquisición de un segundo idioma.”

Siguiendo con su puntualización acerca de las ventajas educativas, creo que la televisión puede servirnos para reforzar contenidos que queremos transmitirles o para explicarles cosas de una forma visual… Por ejemplo, mis hijos tuvieron que hacer un proyecto sobre un animal marino y nos tocó el pulpo. Además de buscarlo en un libro, en internet y pintarlos y construir uno de goma Eva, buscamos pulpos en YouTube y nos aprendimos dos canciones sobre los pulpos.

El problema podría llegar si aparcásemos a los niños delante de la televisión durante 6 horas al día, y aún así, me entran dudas porque creo firmemente que los niños buscarían cosas que les entretuvieran. Me explico, creo que la creatividad y el juego son características inherentes de los niños, por lo que, aunque les plantásemos delante de la tele todo el día, creo que al final llegarían a desarrollar su potencial creativo…. Pero bueno, no defiendo ese abuso, ni mucho menos, pero sí defiendo que dejemos de sentirnos culpables por usar la tele un ratito, nuestros hijos no se van a volver ni tontos, ni vagos, sino que se desarrollarán bien y serán felices.

 

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Retro Gaming TV sets, by Dennis van Zuijlekom