Llámalo blandiblú, moco de elefante, slime, guarrería… Esa masa viscosa y pegajosa con la que torturábamos a nuestras madres y con la que jugábamos sin parar. Al final acababa la pobre llena de arena, pelusa y chinitas porque pasábamos el blandiblú por todas partes. Pero molaba. Molaba mucho.
¿Quieres hacer la tú? Es súper fácil, solo necesitarás dos ingredientes:
– Semillas de Plantago Psyllium (preferiblemente sin colorante)
– Agua

¿Dónde puedes encontrar las semillas esas? Fácil, en Internet. Yo usé Metamucil (pero tiene color y sabor naranja) y he visto este sin colorante aquí.
Lo bueno de comprarlo sin colorante es que podrás teñirla del color que elijas usando colorantes alimentarios.
¿Cómo se hace?
Paso 1:
Echa 1 cucharada de polvito de physillium por 1 taza de agua en una olla pequeña, si quieres más cantidad, multiplica manteniendo esta proporción.
Paso 2:
Bate con unas varillas y llévalo a ebullición y deja que hierva un poco (subirá mucho mucho mucho).

Paso 3:
Aparta la olla del fuego y deja enfriar un poquito.
Paso 4:
Vuelve a poner la olla en el fuego, ahora unos 4-5 minutos.
Paso 5:
Extiende sobre una placa de horno para que se enfríe.

Paso 6:
¡¡¡¡JUGAR!!!!

Nota: También se puede hacer en el microondas según cuentan aquí, pero yo preferí usar la vitro. Para el microondas tienes que poner la mezcla en un bol apto para microondas muy muy grande (recuerda que crece mucho al hervir) y dejarlo durante unos 3 minutos. Os recomiendo que vayáis mirando la mezcla en intervalos de 30-45 segundos, porque cada microondas es distinto.
Nota II: Me dicen que se puede hacer también con Plantaben, que funciona aunque no sea la misma fibra!
¿Te animas a hacerlo? ¡Es una actividad sensorial divertidísima para tardes lluviosas!
Un comentario en «Blandiblu casero (y sin tóxicos)»